Quiero comunismo desde mi iPhone.


Me sorprende como hoy por hoy puedo leer casi todos los días reflexiones y comentarios de personas con dinero, influenciadores y famosos, diciendo que el capitalismo que los alimenta, es malvado porque nos “destruye”.

Que deberíamos aprender a vivir con lo básico, a no ser tan consumistas, que veamos el ejemplo de las comunidades indígenas y compañía por acciones, que eso debemos imitar.

Pero más que valorar si es o no es cierto, me sorprende quienes están emitiendo estos mensajes. Pues muchas de estas personas son pagadas por compañías creadores de productos y servicios “no necesarios” para que las promocionen a sus seguidores.

Personas que utilizan Netflix, que pagan un gimnasio, que usan maquillaje, productos para el cabello, que tienen más de una prenda de ropa, etc. Estas personas que no vivirían un año en Cuba o en Venezuela.

Que fuerte es sentarte desde tu posición a criticar a las empresas de entretenimiento o de aquellos servicios “innecesarios” y querer verte como él o la más superior moralmente. De tener la cachaza de decirle a la gente cómo debe vivir su vida. Pero un dato, por si no lo sabían, ese desarrollador de videojuegos o a esa estilista que inventó nuevas formas para hacer su negocio, son personas que viven de su trabajo e ingenio. Ellos decidieron utilizar su vocación y lo que les gusta hacer para ofrecer algo nuevo y útil a la sociedad.

¿Se imaginan un mundo dónde no existan relojes inteligentes, uber o google maps? El mundo tal y como lo conocemos sería totalmente diferente.

Y créanme que doy casi por hecho que cada uno de esos emprendedores crean nuevas formas de negocio y empleos, aportando muchísimo más a la sociedad que los teóricos que dicen una cosa y viven otra por Instagram.

Como siempre digo: la verdad que la ignorancia es atrevida.


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