otra vez y no son los casandras


Actualmente se está volviendo a un debate que  ya suena repetitivo cada vez que se dan aumentos de precios en ciertos rubros, siempre saltan uno que otro político llamando a controlar los precios para evitar que los sectores más desfavorecidos sean afectados además uno que otro argumento en donde quien lo expresa intenta quedar como el más bondadoso ante la población y claro luego cosechar eso en las próximas elecciones.

Antes de hablar de controles de precios sería bueno en caer en que es un precio. igual que nosotros usamos el lenguaje para comunicar sentimientos, informaciones, órdenes, advertencias o pareceres, los precios son la forma que dentro del lenguaje comunicamos las valoraciones sobre objetos o servicios dentro de un contexto específico y referente a un marco compartido.

Cuando hablamos de contexto se refiere a que el valor que le puedes dar a algo cambia a veces por la frecuencia que lo usas o en el lugar donde estes, es un lugar donde el calor está que arde cual seria el valor de un refresco bien frio, no sería el mismo que el que le das en un dia lluvioso, así mismo en un día caluroso después  de beber varias botellas de agua quiza tu valoración no sea la misma que hace 30 minutos, igual el valor que estas dispuesto a pagar   en un restaurante   puede cambiar si estas con alguien especial que quieras agasajar o simplemente andas de paso en un dia ajetreado.

Cuando se habla referente a un marco es que la valoración se transmite de forma numérica pero no es al aire, es decir no dices este aguacate vale 40, si pero 40 que, la respuesta al que, va cambiando según el marco estemos adherido, por ejemplo en una comunidad de trueque podría ser 40 minutos de trabajo o 40 litros de agua, ahora la sociedad moderna esta inmersa en un marco de intercambios monetarios es decir usamos moneda para nuestros intercambios diarios, el trueque era muy engorroso para sociedades con cierto grado de complejidad, ahora la moneda que se utilice también obedece a distintos marcos en donde se den los intercambios, por ejemplo en Chile se usa el peso chileno, en buena parte de Europa el euro, en Inglaterra la libra esterlina y en Republica Dominicana el peso dominicano, la valoración de algo estará determinada por el momento y lugar conjuntamente por el marco, posiblemente en un dia caluroso en un colmado te puedas beber un refresco por 40 pesos dominicanos mientras el mismo refresco en un hotel de Punta Cana lo puedas conseguir con 3 dólares estadounidenses.   

El desconocimiento o las ínfulas de grandeza mueve a los políticos hacia la aplicación de controles de precios , ahora la medida lejos de una solución realmente no pasa de ser simplemente la prohibición de los intercambios legales que se salgan de un margen claramente arbitrario  dispuesto por las autoridades políticas, la dinámica se observa en un sinnúmero de países en distintas épocas  desde dictaduras tropicales muy bien conocidas hasta países usualmente reconocidos por tener gobiernos organizados y eficientes como es el caso de Alemania o Nueva Zelanda.

 El caso alemán es descrito de una forma muy clara por el economista austriaco Ludwig  Von Mises :

 En reiteradas oportunidades se ha afirmado que la experiencia alemana ha demostrado que el control de precios era una medida viable para alcanzar los objetivos propuestos por el gobierno que recurre a ella. Nada puede ser más erróneo. Cuando estalla la Primera Guerra Mundial, el «Reich» adoptó de inmediato una política inflacionaria. Con el propósito de prevenir el efecto inevitable de toda política de tal naturaleza, un alza general de precios, el gobierno optó simultáneamente, por el control de los mismos. La eficaz y reconocida policía alemana hizo observar con éxito los precios máximos. No hubo mercados negros. Pero la oferta de los bienes afectados por los precios máximos decayó rápidamente. Los precios no aumentaron, pero el público ya no se encontraba en situación de comprar alimentos, vestimenta y calzado. El racionamiento fue un fracaso. El gobierno reducía cada vez más las raciones que le correspondían a cada individuo. Sin embargo, sólo unos pocos afortunados podían adquirir la totalidad de los bienes a que tenían derecho según sus tarjetas de racionamiento. En su desesperado esfuerzo para que el sistema de control no fracasara, las autoridades incluían cada vez más artículos dentro del plan. Una rama del comercio tras otra, fueron centralizadas y puestas bajo la dirección de un delegado gubernamental. El gobierno obtuvo el control absoluto de todas las áreas vitales de la producción, y aun ese control no fue suficiente ya que otras áreas de la industria se encontraban liberadas.

(Ludwig von Mises, Inflation and Price Control (The Foundation for Economic
Education, Irvington-on-Hudson, Nueva York, 1970) pág. 6.)

En el caso neozelandés la aplicación de  controles de precios fue más pintoresco , El trigo fue  víctima del control en Nueva Zelandia. En 1914 se creó una Comisión de Alimentos. Como resultado de sus investigaciones, se fijó el precio máximo del trigo a 4 s.(chelines), 9d. (peniques) por bushel y el de la harina a £11 (libras esterlinas) 10 s. (chelines) por tonelada. Ésta no fue una medida feliz, ya que la comisión no tuvo en cuenta que la industria molinera perdía vendiendo el producto al precio fijado. La Comisión decidió, entonces, elevar el precio del trigo a 5 s. (chelines) 3 d. (peniques) por bushel y £ 13 (libras esterlinas) por tonelada de harina. Esta disposición también fracasó, ya que los agricultores se negaban a vender y, por otro lado, no estaban obligados a hacerlo. La población, que dependía del trigo, pronto encontró el modo de esquivar la reglamentación evitando las pérdidas. Se vendían al mismo tiempo cantidades iguales de trigo y avena. El primer cereal se vendía al precio establecido sobrecargando el precio del segundo.Otro recurso consistió en vender el trigo al precio fijado y cobrar sobreprecios por las bolsas, que a menudo se pagaban cinco veces su valor en plaza.

(William Ball Suton, Price Fixing in New Zealand (Columbia University Press,
Nueva York, 1932),capítulo VI)

El tema de los controles de precios no se queda en que tecnicamente estan destinados a fracasar sino que ese fracaso conlleva el sufrimiento de miles de personas en el proceso sino que moralmente está impregnado de una carga negativa muy grande al ser la medida preferida por la mayoría de regímenes totalitarios , entre estos el régimen impuesto por el partido nacional socialista obrero alemán de la mano de Adolf Hitler ,   la política de control de precios que implemento el partido Nazi fue la más rigurosa y elaborada que hubiera habido hasta ese momento en Alemania o en cualquier otra nación.                                                                              (The Nazi Economic System, de Otto Nathan (Duke University Press,Durham, Carolina del Norte, U.S.A.. 1944, pág. 216),

Luego del fin de la Segunda Guerra mundial  Hermann Goering quien era encargado de la planificación económica del tercer reich, en calidad de prisionero de guerra le comentaba a un corresponsal su juicio sobre lo que se había hecho en alemania y lo que escuchaba que se estaba haciendo en estados unidos, herman quien se encaminaba a ser juzgado por sus crímenes contra la humanidad nos deja unas palabras  que parecerían atemporales y que aun hoy resuenan : 

Su América está implementando una serie de medidas económicas, que nosotros descubrimos nos causó muchos inconvenientes. Están intentando controlar los precios y jornales, el trabajo de su pueblo. Si implantan ese sistema deberán controlar la vida de las personas y ningún país puede intentarlo a medias. Yo lo hice y fallé. Asimismo, una nación tampoco puede imponer un control
absoluto. Y lo intenté y también fracasé. Ustedes no son mejores planificadores que nosotros. Suponía que sus economistas comprenderían los sucesos que ocurrieron aquí…

¿Sucederá como siempre que las naciones no aprenden de
los errores de las demás y cometen los mismos errores una
y otra vez?


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