Doña Laura vive con su nieto Pablo en el campo desde que su hijo y nuera fueran victimas de un incendio , ella posee una hacienda de tamaño medio y con un grupo de trabajadores obtiene unas cosechas que incluso se exportan con ayuda de Juan que es un comerciante muy respetado de la región. Las ganancias de la producción de la hacienda son suficientes para pagar los trabajadores, cubrir gastos y asegurar un cierto nivel de bienestar a Doña Laura y su nieto.
Un dia al ir al medico Laura es informada de que el mal que le aquejaba desde hace unas semanas es una enfermedad degenerativa y que probablemente no le queda mas de un año de vida, ella lo asume sabiendo que su vida ah sido plena y que ya en sus 72 años cada minuto extra era un regalo divino que le permitió proteger a su nieto de quedar desamparado pero en ese momento recuerda que Pablo de nueve años no le seria posible manejar la hacienda cuando ella exhale su ultimo aliento, ella piensa en Víctor quien es uno de los trabajadores de mayor confianza y mas tiempo en la hacienda pero ocurre un problema y es que no tiene garantías de que víctor tome ordenes de un niño ademas que alguna autorización deberá ella darle a Víctor para que pueda administrar pero esto puede abrir la ventana a que pasado un tiempo el pueda apropiarse de la hacienda en perjuicio de Pablo.
La semana siguiente Juan visita a Laura para hablar de la siguiente cosecha y al verla atribulada le pregunta sobre que la tenia tan preocupada lo que genera que ella se desahogue con el dándolo por enterado de su situación a lo que el le expresa cuanto lamenta que este pasando por esto. Juan le explica que su situación tiene solución y la invita el dia siguiente a una reunión con alguien que le puede asistir.
Al dia siguiente Laura en compañía de Juan visitan a Ernesto quien es un banquero muy reconocido en la región y es quien maneja la cuenta de Juan desde hace mas de una década, Ernesto le explica a Doña Laura que es posible dejar operando su hacienda con Víctor y al mismo tiempo asegurar que este no le incumpla o traicione a Pablo, ella sorprendida de esta oferta le pregunta como es posible esto, a lo que el contesta que puede constituir un fideicomiso, Ernesto al ver la cara de ella entendió que debía explicarle en que consiste esta figura legal.
El banquero le aclaro que con la autorización de ella el pasaría a resguardar la propiedad y cuentas anexas a la hacienda pero no operaria la misma sino que seria Víctor que es quien tiene la experiencia y la capacidad de liderar a los demás trabajadores para mantener la productividad de la misma en el tiempo, claro Víctor estaría supervisado por Ernesto y tendría que rendirle cuentas periódicamente, según los términos que Laura indique Pablo recibiría asistencia económica de los beneficios y llegadas las condiciones pautadas recibirá la hacienda con sus cuentas para disponer libremente de ella, Ernesto recibiría un pago por sus servicios hasta extinguidas las pautas del fideicomiso que serian establecidas en su acto constitutivo.
Laura es la fideicomitente, ella autoriza a pasar el resguardo de su propiedad en manos de Ernesto que seria el fiduciario quien es un banquero de amplio reconocimiento y solvencia moral en la comunidad quien se ocuparía de velar por el cumplimiento de las pautas establecidas por Laura en el acto constitutivo del fideicomiso y entre ellas la mas importante que es asegurar el bienestar del nieto que seria el beneficiario. Laura convencida pasa a firmar el Fideicomiso con Ernesto, al pasar el año ocurre lo inevitable y Doña Laura parte de este mundo pero lo hace con la tranquilidad de que su nieto no pasara dificultades ajenas a lo emocional.
Un 14 de octubre Pablo cumple 21 años de edad, ya paso mas de una década desde la perdida de su querida abuela Laura y Ernesto como era de esperar de una persona con bastante solvencia moral cumplió a carta cabal lo acordado con su abuela e incluso al sexto año del acuerdo reemplazo a Víctor ante la tentativa de este de incumplir el acuerdo (la intuición de Laura demostró ser acertada), Mauricio (otro trabajador de la hacienda casi tan antiguo como Víctor) fue el designado como reemplazo y en adelante todo el acuerdo se cumplió sin mayores problemas. Días después de Pablo cumplir 21 años es visitado por Ernesto quien luego de felicitarle le comenta que su abuela estableció que cumplidos los 21 años su nieto pasaría a disponer libremente de la hacienda ya que este era el Fideicomisario, Pablo, joven al fin decide explorar nuevos horizontes por lo cual constituye un nuevo fideicomiso en donde figure como beneficiario el hogar de ancianos que queda cerca de la hacienda y al mismo tiempo cada semestre el acumulado de un tercio de los beneficios serian depositados en una cuenta a nombre de el, este nuevo fideicomiso tendría una duración de 20 años luego de los cuales Pablo pretende volver a la hacienda con una familia propia o venderla para emprender otros proyectos que le sean de mayor satisfacción.
El Fideicomiso como figura legal es una herramienta que como podemos ver le trajo tranquilidad a Doña Laura en sus últimos momentos, protección ante las pretensiones de Víctor y certidumbre al Proyecto de vida de Pablo. No permitamos que el desconocimiento, o peor la mezquindad, terminen por demonizar este recurso.
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