Los Gavilleros (1 de 2)


No existiera el movimiento Los Gavilleros sin antes ocurrir la 1era Intervención Norteamericana en la República Dominicana. En 1916, la presencia de Estados Unidos en el territorio dominicano se extendió hasta 1924, a pesar del esfuerzo de los invasores para eliminar la resistencia rebelde, incluyendo a los gavilleros.

Durante la intervención norteamericana en el país se vivía en una dictadura. Los marines utilizaron el término “gavillero” para referirse a aquel grupo rebelde que generaba actos de violencia en sectores de latifundio en manos de pro-americanos. Sin lugar a dudas, obviando el patriotismo, los expedicionarios norteamericanos veían la resistencia rebelde y cívica como delincuentes. Pese a que los gavilleros quisieron defender su soberanía, tuvieron que acudir a actos totalmente deplorables.

De acuerdo con José C. Novas, en su obra “Los Gavilleros. La lucha nacionalista contra la ocupación 1916-1924”, señala que dentro de este movimiento guerrillero habían personas con una conducta criminal y mucho de estos criminales eran prófugos de la justicia y condenados en ciertos casos. Asimismo, agrega que “la mayoría de los que se lanzaron a combatir las tropas extranjeras lo hicieron basados en dos razones: o por sentimientos patrióticos o porque fueron despojados de la tierra y convertidos en jornaleros” (pp. 70-71).

Aun así, no podemos evitar comprender que esta fue la mayor lucha nacionalista desde la Guerra de la Restauración hasta ese entonces. Se registra que uno de los primeros combates ocurrió el 30 de noviembre de 1916, en el que murió el general Nicomedes Ventura, quien sacrificó su vida en defensa de la soberanía de la República Dominicana. En ese mismo orden, en San Francisco de Macorís, el gobernador Manuel de Jesús Pérez Sosa luchaba contra los marines que eran dirigidos por el mayor Ernest Williams.

El “gavillerismo”, como le llama el ilustre historiador Roberto Cassá, tuvo su mayor influencia en la parte Este del país. Pero este, bandidaje político rural, según Cassá, tuvo sus antecedentes con leyes agrarias y convenios que afectaron a los pobladores en medios rurales. Viene el caso las leyes agrarias del gobierno de Ramón Cáceres, que favorecieron a inversionistas extranjeros para que establecieran sus empresas en el país, por la incapacidad de producción de nuestros gobiernos para aquel entonces.

También, de manera descabellada, la administración de Mon Cáceres le cedió las aduanas y el control sobre los ingresos del gobierno dominicana a Estados Unidos. El Convenio Domínico-Americano, ratificado por el Congreso dominicano el 03 de mayo de 1907, sólo favorecía a las élites de Wall Street y disminuyó el control de los dominicanos de las rentas nacionales.

El general Cáceres impuso una Reforma Constitucional en 1908, para terminar facilitando el control extranjero sobre el país. En 1909, el gobierno dominicano firmó un Tratado de Extradición con Estados Unidos, permitiendo que los norteamericanos controlaran aún más la Jurisdicción Penal dominicana.

De acuerdo con el historiador José C. Novas, en los primeros diez años del siglo XX en la República Dominicana estaba como tendencia el “cacerismo”. Esta inclinación no encontró oposición en el Congreso, permitiendo al Poder Ejecutivo, en mano de Cáceres, aprobar leyes perjudicando la dominicanidad, tales como: leyes de Concesiones Agrarias, de Regulación de Terrenos Comuneros, de Inscripción de la Propiedad y la de Franquicias Agrícolas.

Las leyes que firmó Cáceres antes de ser asesinado, el 19 de noviembre de 1911, hicieron que se alterara el orden, la prosperidad y la paz en las masas populares del país. Como esos tratados impulsaron las inversiones norteamericanas en el país, desplazando a los comuneros tradicionales que caracterizaba nuestra cultura, los campesinos fueron los primeros en integrarse a la resistencia armada que representaba los gavilleros. Mucho de esos campesinos eran analfabetos y, no menos importante, estaban indignados.

En la Provincia Pacificador, actual Provincia Duarte, el gobernador de Samaná, Fidel Ferrer, fue un líder rebelde que lucho contra el despojo de terrenos para instalar ingenios de azúcar en manos de los norteamericanos. Para 1911, se unieron a Ferrer el general Salustiano Goicochea, alias “Chachá”, y el guerrillero Vicente Evangelista, quien este último fue uno de los mayores patriotas durante la intervención norteamericana.

Para el 20 de enero de 1916, cuando los marines llegaron a San Pedro de Macorís, el general Chachá realizó un ataque a ellos junto a otros combatientes. San Pedro de Macorís es la máxima expresión de resistencia patriótica ante la pérdida de soberanía durante la 1era Intervención Norteamericana. Allí, pese a que Vicente Evangelista era al gavillero más agresivo, fue donde Gregorio Urbano Gilbert se destacó, teniendo su primera experiencia armada a partir de 1917.

El 10 de enero de 1917, se llevó a cabo el ataque contra un grupo de marines norteamericanos que desembarcaban en el puerto de San Pedro de Macorís, encabezado por Gregorio Urbano Gilbert.

También hizo resistencia guerrillera el líder Candelario, en las zonas de Barahona. Estuvieron, además, Lucas Camilo en las provincias Espaillat y Pacificador, y el combatiente Olivorio Mateo en la Cordillera Central, la Sierra de Neiba y San Juan de la Maguana. Cayo Báez, cuyo nombre original era Ramón Leocadio Báez, fue un personaje clarífico de la resistencia contra la ocupación norteamericana. Además de los ya mencionados, otros dominicanos sin experiencia militar fueron rebeldes nacionalistas, como Martín Peguero, Ramón Natera, Marcial Guerrero, Ramón Batía, Juan Hubiera, Pedro Celestino del Rosario, los hermanos Manuel, Carlos y Jaime Mota, quienes demostraron ser unos patriotas con moral.

Pues de acuerdo con José C. Novas, si no existiese un frente patriótico que confrontara a los militares norteamericanos, quizás el rumbo fuese otro. De participar militares dominicanos como Desiderio Arias, Cesáreo Jimenes o Mauricio Jimenez, se podría formar un frente de resistencia militar que pudiera hacer que los dominicanos hoy en día conociesen una historia diferente, puesto que los resultados serían distintos si se enfrentara un grupo nacionalista con carácter militar ante los marines norteamericanos. Seguiremos esta historia en una próxima entrega.

 


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